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Jr. Estados Unidos 838. Jesús María.
Lima, Perú.

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El domingo 26 de octubre, la venerada imagen del Señor de los Milagros volvió a recorrer las calles del Callao después de veintidós años de ausencia, en una jornada de fe, recogimiento y fervor que quedará grabada en la memoria del pueblo chalaco y de miles de devotos en todo el país.

La procesión inició a las seis de la mañana, con la salida solemne desde el Santuario de las Nazarenas, en el centro de Lima. Desde allí, el Cristo Moreno avanzó por las emblemáticas avenidas Tacna, Nicolás de Piérola, Óscar R. Benavides, Tingo María, Mariano H. Cornejo, Universitaria y La Marina, hasta llegar a los límites del Callao. En el ingreso al Primer Puerto, en la intersección de la Av. La Marina con Insurgentes, la sagrada imagen se detuvo para recibir el homenaje de las autoridades y el fervor del pueblo reunido.

Entre los presentes destacaron el presidente de la República, señor José Jerí Oré; el Obispo del Callao, Mons. Luis Alberto Barrera, MCCJ; el alcalde provincial, Pedro Spadaro; y el gobernador regional, Ciro Castillo, junto a otras autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Luego del saludo oficial, el anda prosiguió su recorrido hasta el Nazareno Móvil, que culminó su trayecto en el cruce de las avenidas Sáenz Peña y Guardia Chalaca, donde fue descendida y cargada nuevamente por la Hermandad del Señor de los Milagros, que con profunda devoción condujo la imagen hasta el lugar dispuesto para la celebración eucarística, en el cruce de Sáenz Peña y República de Panamá.

A lo largo del trayecto, miles de fieles acompañaron al Cristo de Pachacamilla, muchos vestidos con el tradicional hábito morado, portando velas, rosarios o pañuelos blancos, signo visible de su fe y gratitud. Las calles se colmaron de incienso, cantos y oraciones, en una manifestación viva de amor al Señor.

En el espacio preparado para la ceremonia central, se celebró la Santa Misa, presidida por Mons. Carlos Castillo, Cardenal y Arzobispo de Lima, concelebrada por Mons. Luis Alberto Barrera, Obispo del Callao, y Mons. Miguel Ángel Contreras, Obispo Auxiliar. Desde las andas del Cristo Moreno, impartieron la bendición solemne al pueblo chalaco. El momento fue de profunda emoción: lágrimas, aplausos y oraciones se elevaron al cielo en un acto de fe compartida y esperanza renovada.

El ambiente se impregnó del sonido de los tambores y sahumerios, del perfume del incienso y del murmullo de las plegarias. La ciudad entera se unió en un mismo sentimiento de paz, reconciliación y gratitud por el retorno de la sagrada imagen. El bullicio habitual del puerto se transformó en un silencio reverente, quebrado solo por los vítores y aplausos que acompañaron el paso del Señor. Se contó además con la presencia de las imágenes de la Virgen del Carmen de la Legua y del Señor del Mar, patrones del Callao.

El retorno del Cristo Moreno al Callao no solo significó el reencuentro con una tradición interrumpida, sino también un renacer espiritual para toda la comunidad, que vio en esta visita una señal de consuelo, unidad y esperanza para los tiempos presentes.

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