Por Mons. Paolo Rocco Gualtieri (Nuncio Apostólico en el Perú)
Francisco fue una sorpresa desde el comienzo de su pontificado, tanto por sus gestos como por sus palabras. Desde su primera aparición en la Logia de las Bendiciones, apenas elegido para la Sede de Pedro, sorprendió a todos presentándose al “santo pueblo fiel de Dios” como un creyente más, que, llegado “casi desde el fin del mundo”, había madurado su fe en las periferias, lejos de los centros teológicos europeos.
Posteriormente aprendimos a conocer y amar a este Papa jesuita y argentino también por sus decisiones de gobierno, unas veces cuestionadas por audaces y anti institucionales, y otras, discutidas como erráticas, ambiguas e incluso como inmisericordes e injustas.
El estilo de Francisco
En el rezo de su primer Ángeluz, ante la multitud en la Plaza de San Pedro, sorprendió de nuevo al compartir con todos los que lo escuchaban cuál era en aquellos días su libro preferido. Se trataba de un ensayo del cardenal Walter Kasper sobre la misericordia. El Papa afirmó, con un lenguaje cercano y fácilmente comprensible, que su estilo estaría marcado por el amor misericordioso de Dios. Como enseña en la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, ante un pueblo de Dios cada vez más complejo y heterogéneo, la guía pastoral solo es eficaz si acompaña y aprende a respetar pacientemente los procesos de fe y los “tiempos de Dios” con los mismos sentimientos de Jesús.
Solidez de la vida interior
Es necesario ir más allá del estereotipo periodístico de un Papa d carácter fuerte, austero, sencillo, empático con el sufrimiento de los pobres, refractario a los poderosos, libre ante los convencionalismos sociales. La faceta menos conocida de Francisco es la solidez y profundidad de su vida interior, forjada en la búsqueda constante de la voluntad de Dios desde la conciencia del propio pecado y de la fragilidad personal. Si se rastrea sus innumerables homilías, se puede hallar la prioridad que concede a la búsqueda ignaciana de la “mayor gloria de Dios” en su vida, que le hizo abrir su corazón a los fieles con una espontaneidad que de desarma. También el carisma extraordinario que Dios concedió a la lglesia en San Francisco, la pobreza, fue sincera pasión para el Papa que eligió el mismo nombre del pobrecillo de Asís.
La eclesiología de Francisco
El tema más tratado por el papa Francisco es su eclesiología, es decir su concepción de Iglesia que tendrá que ser clara y necesariamente evangélica; se evangeliza para evangelizar y así evangeliza por atracción, compartiendo la vida de su pueblo, a manera de hospital de campaña que cura las heridas de la gente, vertiendo aceite y vino. Por eso no es autorreferencial, siempre está en salida, al encuentro del otro en las periferias, que son geográficas, pero sobre todo son existenciales, es decir las personas necesitadas. Asimismo, como lo subrayó con fuerza el Santo Padre durante la Jornada Mundial dela Juventud del 2023 en Lisboa, Portugal, la lglesia tiene que estar abierta a todos y a todas.
Junto a la misericordia y la vida en el espíritu, Francisco recuperó la fortaleza de una Iglesia sinodal, en primer lugar, unida a Jesucristo; en esta primera y fundamental sinodalidad que es la unión con Jesucristo, el cuerpo vivo que es la lglesia compromete a todos con la evangelización.
La Doctrina Social de la Iglesia
Entre los temas tratados por el Papa está la Doctrina Social de la Iglesia, expresada sobre todo en la encíclica “Fratelli Tutti”, “Hermanos Todos”, que representa la “suma” o síntesis del pensamiento social de su pontificado, que completa una trilogía con las encíclicas “Laudato Si” sobre la ecología integral y con la Declaración de Abu Dabi sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común.
La Doctrina Socia de la Iglesia se ha ampliado y ha crecido con el modo y el contenido de esta encíclica. El papa Francisco amplía los horizontes a todo el cosmos, nos lleva a abrazar el cosmos; dice que no solo debemos dialogar entre nosotros, no solo las naciones y los distintos pueblos deben encontrar su armonía, sino que debemos, dice el Papa, hablar también de la naturaleza, dialogar con la naturaleza.
La Doctrina Social de la lglesia, ampliada de la persona a la sociedad, al mundo concebido como caca común que debemos custodiar, adquiere en la encíclica “Fratelli Tutti” un nuevo sentido que lleva a pasar de la globalización de la indiferencia a la solidaridad, a la globalización de la fraternidad y de la amistad social. El desafío del mundo de hoy, para el papa Francisco, ya no es l lucha contra la ideología socialista, ni la relación entre socialismo y capitalismo, no es la relación entre norte y sur, sino cómo pasar de la indiferencia a la globalización de la solidaridad y de la fraternidad.
Sueño y realidad
El papa Francisco tenía un sueño y nos enseñó a soñar. No se trataba de una utopía irrealizable, sino de un sueño hecho realidad. Soñar que nazcan buenos samaritanos, actualizados a los procesos de hoy, es posible. No se trata de realizaciones espectaculares, sino de seguir el modelo de servicio y aproximación al necesitado.
El sueño hecho realidad, en nuestro país, es el trabajo que realizó la Iglesia durante la pandemia, son los comedores parroquiales, el servicio que hace la lglesia a través de CEAS en las cárceles. Esta es la lglesia que se hace servidora, este es el paso de la cultura de la indiferencia a la compasión y el servicio. No es utopía, es un sueño que si se realiza en unión se convierte en realidad, incluso a nivel de las relaciones entre los pueblos: pasar de la hermandad y la solidaridad, a la fraternidad de los hijos de un mismo Padre que nos hace a todos hermanos.
Compromiso con la escena internacional
La ventana del Papa, a causa de la tercera guerra mundial a pedazos que vive la humanidad, se había convertido en una oración por la paz…. Qué cosa no hizo el Santo Padre para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, entre Israel y Palestina. El último mensaje pascual, “Urbiet Orbi” el día antes de morir, fue dedicado a la población de Gaza y a Medio Oriente.
Además del compromiso por la paz, el pontífice estuvo comprometido en la escena internacional en otros temas, como la difusión de la cultura del encuentro; el tema de la educación con la propuesta del pacto educativo mundial; el tema de la economía, con la invitación a interrogarnos sobre los modelos económicos que hoy dominan y que crean grandes desigualdades entre continentes y entre países.
Otros temas cercanos al papa Francisco en la encíclica “Laudato Si” son el cuidado del ambiente natural, de la casa común; y en ella, el cuidado de las personas, de nosotros mismos y el cuidado de los demás.
Asimismo, el diálogo entre las religiones fue propuesto con fuerza por él como requerimiento imprescindible del acercamiento en fraternidad.
Su cercanía al Perú
Quiero también subrayar un aspecto del papa Francisco: su afecto y cercanía hacia nuestro país. Estaba siempre atento a los acontecimientos del Perú. Durante la crisis político-social intervino dos veces, haciendo un llamamiento a no recurrir a la violencia para las soluciones de los problemas. En la plegaria del Ángelus de22lde enero pasado, viendo que en la Plaza de San Pedro había un grupo de peruanos, dijo: “Los invito a rezar también para que cesen los actos de violencia en Perú. La violencia apaga la esperanza de una solución justa de los problemas. Animo a todas las partes involucradas a emprender el camino del diálogo entre hermanos de una misma nación, en el pleno respeto de los derechos humanos y del Estado de derecho. Me uno a los obispos peruanos para decir: ¡No a la violencia, venga de donde venga! ¡No más muertes!”.
El magisterio que nos deja el papa Francisco es amplio, marcado por la misericordia en sus más amplias manifestaciones, pero que no puede ser entendido si no es desde el encuentro personal con Cristo, origen, medio y fin de una Iglesia que hace un camino sinodal hacia el reino de Dios.
Publicado el 27 de abril de 2025 en el Diario El Comercio