Este domingo 16 de agosto celebramos el Día del Niño en el Perú, una jornada que promueve anualmente las Naciones Unidas y que destacan los países con el fin de fomentar el bienestar integral de nuestros niños y niñas, proteger y promover sus derechos y cultivar la fraternidad entre ellos.
Esta celebración se ha visto afectada por la llegada de la pandemia en nuestro país, y por el lamentable incremento de niños contagiados por el COVID-19 en las últimas semanas, preocupación que se añade a la que ya se tiene por los niños y niñas que han quedado huérfanos al haber perdido sus padres en esta pandemia.
Los padres y las familias en su conjunto tienen, hoy, una gran responsabilidad para mantener un ambiente sano, saludable, sereno y seguro dentro de los hogares para que nada afecte el desarrollo de los menores. Asimismo, la sociedad en su conjunto debe apoyar todas las iniciativas para lograr ese fin, como nos pidió el Papa Francisco: “no dejemos de dar un gesto de ternura hacia los niños”.
«La niñez, hoy en día, debe ser destinataria de una acción prioritaria de la Iglesia, de la familia y de las instituciones del Estado, tanto por las posibilidades que ofrece, como por la vulnerabilidad a la que se encuentra expuesta. Los niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro mundo (D. Ap. 438). Por ello, es necesario promover en la familia y la sociedad todos los esfuerzos y acciones “que hagan sostenible tanto el reconocimiento de su cuidado, como las iniciativas a favor de la defensa y de su promoción integral” (D. Ap. 441, i), en medio de un mundo que cambia.
Unidos con el Santo Padre, “oremos por las familias, para que continúen en paz con creatividad y paciencia, en esta cuarentena”, con el fin de ayudar a los menores a adaptarse a esta nueva normalidad y también para evitar cualquier forma de violencia doméstica hacia ellos, que constituye otra pandemia que subsiste y se acentúa.
Finalmente, les pido que sigamos construyendo un mundo más seguro y solidario para nuestros niños, pues como bien sabemos, “La sociedad que abandone a sus niños está condenada por siempre al fracaso.
Lima, 15 de agosto de 2020.
+ Héctor Miguel Cabrejos Vidarte OFM
Arzobispo Metropolitano de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana
Presidente del CELAM